Sobre TAJO:

“Somos aficionados a la poesía. No somos profesionales. Que eso quede bien claro, pues una buena parte de nuestra crítica es potenciada desde esa perspectiva, desde esos campos abiertos que supone tal condición". (Roberto Bolaño)

martes, abril 01, 2014

HORA ZERO en fila india: 3 poemas de JuanRa


"yo hablé y escribí para espantar a la muerte"
Juan Ramírez Ruíz


Un Día y un Poeta

El poeta reúne las partes más lejanas
y las une con las maneras de curar:

en la luz colocada en, sobre la noche,

cuando llega el sonoro resplandor
arrulla las casas,
pone con ellas el día que falta
y después se va en con la sangre del número
y después regresa en por la carne de palabras...

¡El tu mi Perú próximo Hanan, escucha
a la luz que tiene sus vergüenzas,
al ojo pleno de virtud no conocida
y a la paz que funda lo sagrado!



Maqueta de una visión

...¡El cielo se derrama!
¡El cielo se derrama y yo quiero recogerlo!
¡El cielo hincha las casas como globos!
¡Las interminables calles se arquean!
¡La ciudad se curva!

¡El cielo se derrama!¡El cielo se derrama!
¡El cielo usa mis manos para sembrar su el esplendor!
¡Los pinos envuelven como chalinas a las antenas!
¡Los postes se agitan como lianas!
¡El cielo se derrama!

¡El cielo se derrama!
¡La luz rompe lo que alumbra!
¡El cielo con mi voz canta
en desde la tierra su canción...!

¡El cielo se derrama!¡El cielo se derrama!
¡El cielo sopla los postes como globos!
¡Las interminables calles se enrollan como cables!
¡Los rebaños de casas dispersan las ciudades!
¡El cielo se derrama!
¡El cielo se derrama!

¡Recojo este hilo de casa!
¡Levanto aquel grano de llanura!
¡Cojo lingotes de relámpagos!
¡Agarro un parque migratorio!
¡Llevo gota exprimida al mármol!
¡Tomo chorros de ojos!

¡El cielo se derrama!¡El cielo se derrama!
¡Y yo debo entero recogerlo!


Encuentro con el Terror

A ti te conozco terror, te conozco:
tú preguntabas por mí, hurgando en mis ojos
con una luna chueca; y yo a ti te encontré
mirando suelo y cielo, solo,
buscando mi error con las dos manos.

Tú querías matarme con astros bizcos,
tú columpiabas mi mente expelida por un golpe:
a ti te conozco terror, te conozco.

Pero si oscuro va el bosque,
lo que ocultas (¡aquí está!) va más oscuro todavía:
¡remolino de hechos que vomita
un incendio antropomórfico, mi cuerpo
como látigo se agitaba contra mí
con el peso del ojo en la mirada!

Te conozco, a ti te conozco terror;
tú ya no puedes mi mente columpiar.

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