Sobre TAJO:

“Somos aficionados a la poesía. No somos profesionales. Que eso quede bien claro, pues una buena parte de nuestra crítica es potenciada desde esa perspectiva, desde esos campos abiertos que supone tal condición". (Roberto Bolaño)

jueves, enero 06, 2011

Del Corazón Serrano (o la Amabilidad)


Sí, lo diré: Fue el momento más incomodo de mi vida. Y eso que mi vida de momentos incómodos no carece. Cuando llegamos: Tres señoras morenas nos recibieron con algo de fastidio y envases vacíos, la cumpleañera era mi amiga, hija de una las tías. ¡Ah! Conmigo, acompañándome, Fernando y La China.

Las chelas llegaban sin que nadie las pida, no se hablaba mucho o al menos yo no lo hacia. Un par de palabras con la China, por escasas ocasiones con la festejada; si con las justas me detenía para mirar a Fernando, él siempre tan maricon y explosivo. Era gay, y lo que era peor: parecía gay, por momentos mujer.

Fue después que las chelas hicieron lo suyo en las mentes de los reunidos, que comenzaron ciertas miradas de recelo hacia mí. Lo olvidaba el Marido (version chalaca de Tony Motola “cara cortada”) de una de las tías, llego. Emplazando un par de bromas con todos, en especial conmigo. Mi reacción fue: aceptar con risas hipócritas sus chistes, de colegio, poco inteligentes, ¡Agarremos a uno de punto! Bien después que se instalo como faraón en su sillón, su polo RIP SOL blanquito, como la coca, le llegaba hasta las rodillas, un crucifijo de oro en el pecho, y una mágnum por atrás como a la altura del poto, de la raya.

Todos en su salsa, aunque escuchábamos cumbia: Los Hermanos Traipen. Iban poniéndose sabrosas las chicas, la china me decía: toma poco, para que no te jodan. Acepte el mandado, lo encontré normal.

A Fernando, acostumbrado, lo jodian como siempre por cabro, ese era su pecado, cargaba la cruz con una risita de travestí puta y los labios de escolar coqueta. Creo que en ese momento se inicio todo, al sentir que no le afectaban los comentarios, el blanco cambio de posición.

Era lógico, hasta cierto punto permitido y aceptable, si no me hubiera pasado a mí, claro. Entonces una de las tías, la más gorda, le dijo con cierta fascinación a la China: Que bonito es… La verdad es que al principio pensé: fue un halago, imagino que era porque estaba acostumbrado a que las personas mayores, ajenas a mi familia, sólo me halagasen. Luego otra tía menos gorda pero más negra, resalto lo de negra, busco las chapas de siempre: Chilcano y cabezón, reí con complicidad y pena, yala, pensé.

Y de tanto pensar me di cuenta, mientras La china y la cumpleañera cuchicheaban reían bebían se embriagaban eran felices, amigas. Por que me miran tanto. Oe feo, chupas como pendejo, fue la primera voz, de la más vieja y gorda, la mas negra: y encima sapo. ¿La cara se me caía? La verdad que no. Pretendí pasarlo por alto. Total, la chela era de ellos ¿no?

Entonces en aquel rincón me ilumine: No era la primera vez que tomaba con gente mayor, ellos tienden a invitar, era un invitado ¿no?, amigo de la agasajada.
Pensé, en todas las casas donde he tomado antes, las chelas, como aquí, van y vienen y todas llegan con una sonrisa adherida al envase. Nunca con insultos o agresiones.

Fernando dejaba caer su cabeza sobre el respaldar del asiento. cansancio, pesadez en el ambiente. La China, linda ella bebía sin notar nada, la cumpleañera, mi causa, reía a carcajadas con las ocurrencias de La China, lo mío era un duelo aparte.

Entonces Tony Motola arremetió, esta pintado, no dice nada, y la gorda y la negra: Feo y camarón, gansazo. Reían, se burlaban. Yo miraba el piso, no estaba humillado. Así serán ellos, pues, qué se podía esperar.

A decir verdad pensaba en mi familia, mis amigos, en todos. Somos de provincia o descendientes de provincianos o algo de sangre serrana tenemos, aunque sea por un tío lejano. Y desde siempre he sabido como es alcoholizarme con ellos, con sus ademanes de guerreros abatidos por los años, siempre sufridos, en algunos casos más nostálgicos recuerdan al pueblo que los vio nacer: Sí de mi tierra vine wawita, huevon. Chambeando duro todos los días, cargaba bultos, en construcción, de todo huevon, a veces no había que comer mi aguadito nomás me empujaba. Por eso me puedo tomar mis cervecitas, por que soy chamba pe´ sí o no cumpa. Chupa huevon chupa nomás. ¿Qué distinto no? No por la cerveza, no será la primera ni la última vez que la probare, lo digo por: La amabilidad.

Y de eso carecen estas gentes, la turbia capital, las ha convertido en maquinas bebedoras de licor, parecen haber olvidado que el objetivo de todo es pasarla bien, y no – como dice mi tía- tragar cerveza hasta que el culo les quede plano. ¡Ah! Que difícil es estar aquí, que pesado.

La china comento algo sobre Fernando que estaba muy seductoramente puta con Tony Motola, no era novedad. Dijo La china al malandro: Métele un balazo. La otra morena, la más guapa, su mujer, la única que no me atacaba, la más gente, con voz imponedora, como ofendida: Él no es matón.

Supimos en ese momento que la más regia de las morochas, se sintió muy herida, y no tardo 5 segundos en responderle a La China: Que haces con él, y sus cejas acusadoras se dirigieron a mi maltratada presencia.

La china no me podía fallar, estamos estudiando pues, hacemos nuestras prácticas y no nos pagan, algún día será periodista y vamos a ponerle las chelas por torres. Un puñete de palabras se estampo en sus caras. Pedí permiso para ir al baño, restregándoles mi educación, y me fui.

Al poco rato La china más mareada bajo, con Fernando, tan mariposa flotando por las escaleras. Les dije vamos, y siguieron detrás mió, en silencio.


Omar Livano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabo de leerte men. Un tornado de vertigo y bamboleo. Pero puedes sacudir la espumita del fondo del vaso. Eso ayudaria. Quita la espumita y que vengan más rescas.
julio